lunes, 14 de junio de 2021

Toxicología de Nanopartículas


Imágenes recuperadas de: https://bit.ly/3wb8zMo, https://bit.ly/3cvb5FA, https://bit.ly/3wa3qUX, https://bit.ly/3pEfYkH, https://bit.ly/3g8NOeJ, https://bit.ly/3w6le34, https://bit.ly/3w9J0Lv, https://bit.ly/3x5xyAA. 

Índice

1. Definición de nanopartículas.
2. Cómo nos exponemos a las nanopartículas.
3. Factores que influyen en la toxicidad de nanopartículas:

  • Físicos
  • Químicos
4. Toxocinética de las nanopartículas:
  • Absorción
  • Distribución
  • Excreción
5. Efectos tóxicos de las nanopartículas.
6. Aplicaciones de las nanopartículas: 
  • Usos médicos
  • Protección ambientales
  • Protectores dentales
  • Uso de nanopartículas para disminuir los efectos adversos del cáncer
7. Fuentes de consulta

Las Nanopartículas: una breve introducción. 


¿Conoces qué son las nanopartículas?, ¿Sabías que hay nanopartículas de oro o plata mucho más pequeñas que un grano de arena? 

Pues bien, aunque se escuche sacado de una historieta de Comics, las nanopartículas son partículas extraordinariamente pequeñas e imperceptibles al ojo humano, para poder verlas es necesario el uso de un microscopio electrónico, ya que, al menos dos de sus dimensiones son menores a 100 nanómetros, considerando que un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro, es decir, sería igual a dividir un milímetro en un millón de veces, además cuentan con múltiples aplicaciones; las más importantes son en la medicina y en la industria farmacéutica, donde se pueden distinguir dos tipos importantes de nanopartículas: 

  • Nanopartículas orgánicas; poliméricas, dendrímeros, liposomas y micelas 

Son creadas a partir de compuestos biodegradables, y generalmente, son compatibles con el cuerpo humano, como las proteínas (albúmina), grasas (fosfolípidos, ácidos grasos) y polímeros naturales (quitosano), semisintéticos (celulosa) o sintéticos (acrilatos). 
Un ejemplo de nanopartículas sintetizadas a partir de ácidos grasos y fosfolípidos son las nanopartículas ribosómicas, diseñadas para imitar una membrana celular que rodea el medicamento de interés y le permite fusionarse con la membrana de las células, así facilita su transporte al interior de las mismas. Cabe señalar que, las nanopartículas por sí mismas no tienen la capacidad de localizar el órgano en el que actuarán; para esto se les deben agregar ligandos específicos a las nanopartículas, que serán reconocidos por las células del órgano destinado en el cual realizarán su efecto. Por ejemplo, el medicamento Onyvide que es de naturaleza liposomal; funciona siendo un inhibidor de la topoisomerasa I y se usa para el tratamiento de cáncer de páncreas. 


Figura 1 . Nanopartículas orgánicas. Recuperado de: https://bit.ly/2TUzb65, https://bit.ly/3v8tY7I, https://bit.ly/2RKbiNW, https://bit.ly/3pBnywJ

  • Nanopartículas inorgánicas

Son sintetizadas a partir de metales u óxidos metálicos como cobre, oro, plata, hierro, zinc y titanio. Se usan como tratamiento o para mejorar el diagnóstico de algunas enfermedades a través de imágenes, como ejemplo de esta nanomedicina tenemos al Venofer y al Ferrlecit usados para tratar la anemia causada por la enfermedad renal crónica. Funcionan al crear nanopartículas con un núcleo de hierro y una cápsula de azúcar. Esto ocasiona una dilución lenta del hierro del núcleo después de ser inyectadas, lo que permite dosis altas de ese elemento sin aumentar su concentración a niveles tóxicos en la sangre. 


Figura 2. Nanopartículas inorgánicas. Recuperado de: https://bit.ly/3iqaRTQ, https://bit.ly/3gkmqcx 


   Tabla 1. Principales tipos de nanopartículas y sus aplicaciones. 

Nanopartículas orgánicas

Nanopartículas poliméricas

Utilizadas en aplicaciones médicas. No obstante, presentan una distribución no especifica y una baja capacidad de carga.

Dendrímeros

Macromoléculas definidas que presentan una estructura altamente ramificada formada por un núcleo y múltiples ramas. Su estructura molecular les permite cargar diferentes agentes activos.

Liposomas

Nanosistemas esféricos formados por una bicapa lipídica que permiten la encapsulación de fármacos hidrofílicos e hidrofóbicos. A pesar de estar ampliamente estudiados, una de sus principales desventajas es su rápida eliminación.

Micelas

Agregados coloidales de moléculas amfifílicas. Las micelas están formadas por una parte interna hidrofóbica y una externa hidrofílica que permite la internalización de fármacos de carácter apolar para su vehiculización.  

Nanopartículas inorgánicas

Nanopartículas de sílice

Las nanopartículas de sílice son inertes, biodegradables y presentan una buena distribución. Son fácilmente sintetizables y se pueden obtener de distinta forma y tamaño.

Nanopartículas de oro

Nanopartículas metálicas que presentan unas propiedades ópticas y electrónicas que dependen totalmente de su forma y tamaño. No presentan toxicidad intrínseca. Además, son fácilmente funcionalizables mediante la formación de puentes Au-SR.

Nanopartículas de óxido de hierro

Nanopartículas de óxido de hierro, típicamente de magnetita (Fe3O4) biocompatibles y fácilmente biodegradables. Tienen gran potencial en biomedicina dada su capacidad intrínseca de ser monitorizadas in vivo por técnicas de resonancia magnética nuclear.

Quatum dots (QD)

Nanopartículas activas que se utilizan generalmente como sondas para imagen, ya que presentan elevados rendimientos cuánticos de fluorescencia, elevada fotoestabilidad y una emisión fluorescente que puede ser variable mediante el tamaño. Sin embargo, los QD no son biodegradables ni biocompatibles con el organismo, lo que restringe bastante su uso en aplicaciones médicas.

Nanotubos de carbono

Monocapas de grafeno enrolladas en forma de cilindros. Presentan una elevada superficie especifica que permite anclar una amplia variedad de moléculas terapéuticas.






















































Recuperado de https://bit.ly/3vx1W6x
 



Cuando un principio activo se administra bajo la forma de nanopartículas, es necesario considerar las propiedades físico-químicas de las nanopartículas, tales como:
  • Tamaño: El tamaño ejerce un papel importante en la velocidad de disolución de los fármacos. La reducción del tamaño de una nanopartícula puede aumentar la velocidad de disolución y con ello generar una mayor biodisponibilidad del fármaco.
  • Morfología: Las nanopartículas pueden ser sintetizadas de tal manera que adquieran una forma específica. Estas formas pueden incluir: esferas, barras, estrellas, triangulares y tubos. En general, las de forma esférica son las que poseen la mayor capacidad de penetración en las células blanco en comparación con las demás.
  • Estructura: La disposición de los componentes de la nanopartícula, determinan su comportamiento y su estabilidad. 
  • Superficie: Proporciona información sobre las interacciones de las nanopartículas entre ellas y entre la membrana celular.
Estas propiedades son las que condicionan la distribución de la nanomedicina en el organismo y su concentración en su lugar de acción. Una vez alcanzada esa región enferma, las nanopartículas transportadoras de fármaco deben controlar la liberación de su contenido. El hecho de poder concentrar el fármaco en su lugar de acción o de absorción ofrece la posibilidad de minimizar los efectos secundarios y aumentar el índice terapéutico de la molécula en cuestión. Este planteamiento es de vital importancia en el desarrollo de nuevos medicamentos para el tratamiento del cáncer, así como en la mejora de los tratamientos actuales o en la posibilidad de poder administrar por vía oral ciertos antitumorales.

Las nanopartículas pueden utilizarse como base para el diseño de sistemas farmacéuticos, para que,  mimeticen estrategias en ciertas bacterias o virus para evitar los mecanismos de defensa del organismo y/o colonizar de forma específica determinados tipos de tejidos o células. Son de gran utilidad para el desarrollo de nuevos adyuvantes que permitan la puesta a punto de nuevas vacunas y nuevos tratamientos de inmunoterapia. 

¿Cómo nos exponemos a las nanopartículas?

Figura 1. Recuperada de https://bit.ly/3isiM2K


Desde hace mucho tiempo los seres humanos hemos estado expuestos a nanopartículas de origen natural como las generadas en las erupciones volcánicas, incendios forestales y demás desastres, pero a lo largo de la historia se han agregado nanopartículas al ambiente que podemos clasificar como de origen industrial o “nanotecnología”, estas son producidas por la combustión de los motores y fábricas, y las que tienen una actividad específica (médica o farmacéutica). 

El aumento de la producción de nanomateriales fabricados y la expansión de productos de consumo que los incorporan conllevan a una mayor exposición a los mismos, tanto para los trabajadores, los consumidores como el medio ambiente. Asimismo, su presencia en ecosistemas, principalmente los acuáticos puede tener gran influencia en el funcionamiento de los mismos, afectando por tanto al desarrollo de los seres vivos que dependen de ellos.

Puesto que las nanopartículas son producidas con técnicas relativamente nuevas, no hay una reglamentación específica sobre ellas. En este aspecto, la Nanoética es un área de la Ética que estudia la Nanotecnología y sus productos, cuya finalidad es servir de guía para elaborar normas de entrenamiento, prohibición y restricción en cuanto al uso de nanomateriales 

En la actualidad, las ventajas que ofrecen los productos que contienen nanomateriales fabricados han llevado a que estén presentes en casi todos los sectores industriales. Algunas de sus aplicaciones más destacadas se encuentran en la industria de la alimentación, la energía, la construcción, la medicina, la cosmética, la ingeniería de materiales, la aeroespacial, la electrónica, la biomedicina o la ingeniería medioambiental, por citar algunos campos de aplicación. Sin embargo, las mismas propiedades que los hacen útiles les proporcionan propiedades nuevas, lo que plantea la posibilidad de que éstos puedan tener efectos potencialmente adversos para la salud de las personas y el medio ambiente. 

De acuerdo con la publicación “Investing in nanotechnology” de la revista Nature biotechnology [21, 1144-1147 (2003)] el desarrollo de las nanotecnologías va en aumento y por ende también nuestro contacto con ellas, como por ejemplo en herramientas o instrumentos (microscopios, etiquetas moleculares, microfluidos , etc), nuevos y más resistentes materiales (textiles, cerámicas), dispositivos novedosos (sensores, circuitos), etc. Este crecimiento de exposición se debe principalmente a las exigencias de la sociedad y el desarrollo de grandes países como Estados Unidos, la Unión Europea y China.
La investigación en nanoseguridad se está desarrollando a un ritmo vertiginoso, por ello conviene destacar que los avances generados en este campo, en relación a mejorar la salud y seguridad, deberán ser tenidos en cuenta para establecer las estrategias más adecuadas para la caracterización de la exposición laboral a nanomateriales fabricados y la determinación de las medidas de prevención y protección a utilizar en cada caso. 

Así como las sustancias tóxicas macroscópicas, las nanopartículas pueden ser igual o más perjudiciales ya que las propiedades como área de superficie, composición química, tamaño, forma, carga, etc tienen un importante papel en la actividad toxicológica. 

Cabe destacar que, no todos los nanomateriales son potencialmente peligrosos para la salud y el medioambiente, tanto es así que convivimos con algunos de ellos desde hace miles de años, como se mencionó anteriormente, y estamos totalmente adaptados a su presencia.


Factores que influyen en la toxicidad de nanopartículas

Los factores que influyen en la toxicidad de las nanopartículas se clasifican en dos grandes tipos: los químicos y los físicos.

Químicos:

  • Composición química: La toxicidad no se ve afectada sólo por la naturaleza de los nanomateriales, sino también la presencia de otros compuestos químicos como hidrocarburos aromáticos policíclicos y metales de transición (como hierro, níquel que intervienen en reacciones que producen compuestos reactivos de oxígeno) adheridos a su superficie.
  • Solubilidad en fluidos biológicos: Algunas nanopartículas, dependiendo de la composición química, pueden disolverse con mayor velocidad en fluidos biológicos. Este es un parámetro importante ya que al disolverse, las nanopartículas pierden sus propiedades toxicológicas.

Físicos:

  • Tamaño: Las nanopartículas tienen un tamaño del orden de 10⁻⁹ m. Al disminuir su tamaño se produce un aumento del número de átomos que se pueden encontrar en la superficie, lo que aumenta la reactividad y toxicidad de dichas partículas.
Por otra parte, cuando la vía de entrada es la respiratoria, el tamaño de la nanopartícula determina el lugar a lo largo del tracto respiratorio donde se va a depositar.
  • Superficie: La reactividad química de una partícula depende de su superficie ya que en ella se llevan a cabo las reacciones químicas por el contacto entre reactivos. La superficie de las nanopartículas es inversamente proporcional a su tamaño ya que, como se mencionó anteriormente, entre menor sea el tamaño, mayor será el número de partículas y entre mayor sea el número de partículas, mayor es la superficie de contacto por lo que aumenta la reactividad química.
  • Forma: Las nanopartículas pueden tener diferentes formas (Figura 1). Se ha comprobado que la toxicidad es mayor en nanopartículas de plata con forma triangular truncada, ya que su mayor número de caras las hace más reactivas, seguida de aquellas con formas tubulares, irregulares y por último, siendo las de formas esféricas las que presentan menor toxicidad. 
Figura 1. Nanopartículas de diferentes geometrías. Recuperado de https://bit.ly/3ge6us5

  • Estructura: La cristalinidad de algunos compuestos inorgánicos (como el sílice) puede contribuir a modular las propiedades toxicológicas de las nanopartículas.
  • Estado de los aglomeración: Las nanopartículas suelen encontrarse en aglomerados (grupos de partículas unidas por interacciones débiles como las de Van Der Waals, electrostáticas, y de tensión superficial que pueden dispersarse por medios mecánicos) y en agregados (grupos de partículas fuertemente asociadas cuya dispersión resulta muy difícil por medios mecánicos). Estas dos formas de agrupación determinan, dependiendo del tamaño de su diámetro, el lugar en el que se depositan las nanopartículas en el organismo. También modifican la toxicidad ya que una estructura compacta disminuye la superficie expuesta a comparación de una estructura de cadena abierta.

Toxocinética de las Nanopartículas: 

Absorción

  • Vía Respiratoria:
Una vez que las nanopartículas han sido inhaladas, se activan los mecanismos de defensa, como la fagocitosis por los macrófagos alveolares, o bien, son internalizadas en los intersticios, dependiendo de su tamaño y química superficial, esta deposición de nanopartículas está en función del diámetro aerodinámico y del grado de agregación o aglomeración. Se conocen tres zonas de depósito de nanopartículas en el sistema respiratorio: Nasofaríngea (nariz, boca, laringe, faringe), Traqueobronquial (tráquea y bronquios) y Alveolar. 
Figura 1. Principales vías de deposito en el sistema respiratorio de nanopartículas. Recuperado de: https://bit.ly/3gpXT5F, https://bit.ly/2TM1KCu, https://bit.ly/3pC8uPp

  • Vía Dérmica:
Se han realizado diversos estudios para determinar si las nanopartículas se pueden absorber a través de la piel, encontrándose que algunas de ellas (TiO2, esferas de poliestireno) no pueden atravesar el estrato córneo, aunque en algunos casos se ha observado acumulación en los folículos pilosos. Otras, sin embargo, como los puntos cuánticos, sí han demostrado atravesar el estrato córneo y acumularse en la dermis. La piel intacta y sana parece ser una barrera efectiva para algunos nanomateriales.


Figura 2. Estructura de la epidermis. Recuperado de https://bit.ly/3vyI431
  • Vía Oral:
Diversos estudios con modelos animales sugieren que las células epiteliales del intestino delgado son capaces de absorber nanopartículas de tamaño inferior a los 200 nm. No obstante, la exposición sistémica tras una administración oral es baja.
Figura 3. Fisiología de las células epiteliales de intestino delgado formando pliegues para favorecer el área de absorción. Recuperado de: https://bit.ly/3523fz0

  •    Otras vías: 
La exposición humana también puede ocurrir a través de la instrumentación médica o prácticas clínicas. Sin embargo, la investigación relacionada a éstas se encuentran en fase experimental o clínica.

Figura 4. Principales vías de absorción de nanopartículas en el cuerpo. Recuperado de: https://bit.ly/3c4rQXU


Distribución

Una vez ingresadas las nanopartículas en el organismo se distribuyen utilizando principalmente la vía sistema circulatorio y la vía sistema nervioso (axones de las neuronas olfativas). Esto aprovechando una de las características más relevantes de las nanopartículas que es la capacidad de atravesar barreras biológicas mediante un proceso de translocación llegando a tejidos como el corazón, hígado, bazo o hasta el cerebro.


Eliminación

En la mayoría de los casos, las partículas que se depositan en las vías respiratorias son eliminadas por mecanismos de aclaramiento físicos (para nanopartículas insolubles, el transporte mucociliar en dirección a la nariz y boca o por macrófagos) y químicos (para nanopartículas solubles, la disolución para su excreción en la orina).
Figura 5. Esquematización del tracto respiratorio con macrófagos alveolares. Recuperado de https://bit.ly/356n08I 


Para las nanopartículas que entraron por vía gastrointestinal o dérmica son eliminadas del torrente circulatorio y su distribución final típica es el hígado (90%), el riñón y otros órganos con una alta actividad fagocítica, donde se acumulan y posteriormente son eliminados a través de las heces o la orina.
Figura 6. Riñón e hígado. Recuperado de: https://bit.ly/3fM3WkI


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A continuación se muestra un diagrama que ilustra las principales vías toxocinéticas de las nanopartículas.

Figura 7. Biocinética de partículas nanométricas. Recuperado de: https://bit.ly/3fxxHqw

Efectos Tóxicos de las Nanopartículas

Figura 1. Estrés oxidativo. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y

El efecto tóxico más usual de las nanopartículas utilizadas en instrumentación médica o prácticas clínicas, es el que se describe en los estudios de la muerte celular por apoptosis y la inflamación que se produce en dosis prolongadas por la acumulación de los metales o demás fármacos, ya sea dentro de las células o por fagocitosis de macrófagos o monocitos.

En general, los efectos tóxicos derivan de la muerte celular por apoptosis y la generación de especies reactivas de oxígeno (anión superóxido, agua oxigenada y radicales hidroxilo) en las membranas mitocondriales. El aumento del estrés oxidativo modifica proteínas y DNA. Si el daño continua, la propia célula pondrá en marcha finalmente el mecanismo de muerte inducida o apoptosis. 
Figura 2. Formación de radicales libres. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y 

A continuación se pueden ver diferentes tipos de nanopartículas que se usan como tratamiento médico, que provocan efectos tóxicos, algunos ya mencionados.

  • Partículas de Oro (AuNP): Son sales de oro que están siendo usadas como agente anti-tumorales, gracias a la vascularización en estas células. Por ser partículas con un tamaño de aproximadamente 130nm, pueden atravesar los vasos cuando en el resto de los tejidos sanos tendrían más problemas en atravesarlos. Cuando las AuNPs llegan al tumor, liberan los principios activos o también son calentadas por una fuente externa de infrarrojos, que hace calentar los átomos de Au destruyendo a las células. Sin embargo, algunos efectos tóxicos que se presentaron en ratones usando un tamaño de nanopartícula entre 8-40 nm, eran la inducción de efectos adversos severos a nivel sistémico como fatiga, pérdida de apetito, peso y cambio del color del pelo. La anatomopatología determina una inflamación aguda de los hepatocitos debido a una activación de las células Kpuffer.
Figura 3. Nanopartículas de oro. Recuperado de: https://bit.ly/2SsxYT6
  • Partículas de Plata (AgNP): La plata (Ag) se utilizaba como antiinfeccioso antes de la aparición de los antibióticos. También tiene propiedades antinflamatorias, antineoplásicas y se ha usado como abortivo. Estudios con AgNPs demuestran que tienen una fuerte actividad antibacteriana. Los ensayos de toxicidad muestran que: 
    • A nivel pulmonar: el efecto toxico se da cuando se expone a concentraciones altas durante un periodo de tiempo prolongado, ya que aparece un descenso de la actividad de los pulmones debido a una inflamación alveolar aguda. 
    • A nivel dérmico: ya sea por aplicación tópica o ingestión, provoca la aparición de una coloración gris azulada por la acumulación de iones del metal en la membrana basal de la dermis que conlleva generación de especies reactivas de oxígeno, estrés oxidativo y muerte celular por apoptosis. 
    • A nivel hepático, los hepatocitos son susceptibles de la acumulación de iones de plata que provengan del sistema circulatorio, los mecanismos antioxidantes se ven saturados habiendo acumulación de especies reactivas de oxígeno. Y a nivel cerebral, podrían producir neurodegeneración por formación de edemas.
Figura 4. Nanopartículas de plata. Recuperado de: https://bit.ly/3get5Gg
  • Nanopartículas como transportadores de fármacos: Los monómeros que los forman, son moléculas anfipáticas (parte polar y apolar) que al agregarse forman esferas con un interior hidrófilo o lipófilo. Esto genera la posibilidad de introducir cualquier molécula dentro de ellos. Una vez alcanzado el órgano enfermo las nanopartículas transportadoras de fármaco deben controlar la liberación de su contenido. El hecho de poder concentrar el fármaco en su lugar de acción o de absorción ofrece la posibilidad de minimizar los efectos secundarios y aumentar el índice terapéutico de la molécula en cuestión. El problema de su toxicidad llega a la hora de la respuesta inmunitaria frente a estas moléculas extrañas. La respuesta puede ser por medio de anticuerpos que se acoplen a dominios proteicos extraños; o a la opsonización de células blancas como monocitos o macrófagos por medio de la fagocitosis. La opsonización deriva a una mayor toxicidad de bazo e hígado por acumulación del material componente de las nanopartículas. Pero no todo está perdido, se ha observado que el recubrimiento de las nanopartículas con diferentes elementos como polientilenglicol evita la opsonización e introducir proteínas de albúmina evita además el aclaramiento renal y favorece la internalización en tejidos.
Figura 5. Nanopartículas como transportadoras de fármacos. Recuperado de: https://bit.ly/3vc7thX

La toxicidad de estas nanopartículas depende, entre otros factores, de su persistencia en los órganos y de si el hospedador puede provocar una respuesta biológica para eliminarlas. Y a pesar de no conocer los mecanismo de toxicidad con exactitud, se ha visto que existe daño en membranas celulares, disrupción del potencial de membrana, oxidación de proteínas, xenotoxicidad, formación de especies reactivas de oxígeno e inflamación; si hablamos de nanopartículas como las que se encuentran suspendidas en el aire (que van a pulmones), nanopartículas ambientales, cosméticos (dérmica) y las que están en alimentos y agua (oral). Algunos efectos más específicos de cada uno se muestran a continuación:
  • Por vía pulmonar, las nanopartículas activan los mecanismos de defensa, por lo que han mostrado disminución de la viabilidad celular in vitro, producción de estrés oxidativo e inflamación.
Figura 6. Pulmones. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y
  • Por vía dérmica se pueden acumular en el estrato córneo o en los folículos pilosos, o bien atravesarlo y acumularse en la dermis y se ha demostrado toxicidad y estrés oxidativo, pero otros autores destacan la ausencia de irritación y reacciones alérgicas. 
Figura 7. Piel. Recuperada de: https://bit.ly/3vlGLU5
  • Por vía oral pueden ser absorbidas por las células epiteliales del intestino; por lo que, a nivel gastrointestinal in vitro se han observado reducción de la viabilidad celular y alteración del ADN, entre otros.
Figura 8. Células Epiteliales del Intestino. Recuperada de: https://bit.ly/35aP4I3


Aplicaciones de las Nanopartículas:

Usos médicos:

Actualmente en más de 100 hospitales en Norteamérica se han desarrollado gasas para quemaduras serias o heridas graves, con nanopartículas de plata que mejoran la eficiencia contra 150 tipos de microbios.
Figura 1. Usos médicos de las nanopartículas. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y 

Protección Ambiental:

Se han desarrollado nanopartículas de dióxido de titanio que cuando están presentes en las banquetas o en la pintura de las casas se activan, en presencia de la luz solar, y son capaces de descomponer los contaminantes atmosféricos. También se utilizan para atrapar contaminantes en el agua y mejorar los sensores de emisiones de gases.
Figura 2. Usos ambientales de las nanopartículas. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y 

Protectores dentales: 

Actualmente la UNAM a través de la ENES León realiza trabajos de restauración dental, endodoncias e incrustaciones de porcelana, se utiliza un adhesivo empleando nanopartículas de sílice, cuya función es mejorar la durabilidad, dureza y resistencia de los materiales, formando uniones fuertes entre el esmalte y las coronas. Estos protectores dentales no causan daño y ayudan a destruir algunos patógenos que se encuentran en la cavidad oral.
Figura 3. Usos las nanopartículas en adhesivos dentales. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y 


Nanopartículas para disminuir los efectos adversos del cáncer en quimioterapias: 

Las nanopartículas podrían contribuir a mejorar los tratamientos contra el cáncer, y esta se ha vuelto una aplicación y una de las aplicaciones con mayor futuro. El tratamiento del cáncer involucra el uso de medicamentos que al consumirse ocasionan efectos secundarios severos, los cuales se investiga que pueden disminuirse con el uso de nanopartículas. 
El posible mecanismo es que las nanopartículas que contienen el medicamento antitumoral se unan directa y exclusivamente a células tumorales, lo que ayudaría a disminuir la dosis de medicamento consumido y con ello, los efectos secundarios. De esta manera también se llegaría más medicamento al tejido donde más se necesita. 


Figura 4. Tratamiento del cáncer con nanopartículas. Recuperada de https://bit.ly/34Uix8Y 








Fuentes de consulta